Neda, comarca de Ferrol, A Coruña, Galicia. Ruta trail running de 15 km para correr y recorrer, primero el Monte Marraxón, subiendo a lo más alto para apreciar la ría a vista de pájaro y después bajada por el valle, siguiendo el curso del río Belelle, pasando por su cascada.
26 de diciembre de 2015
Como en el anuncio del turrón, todos los años volvemos a Ferrol por Navidad y, como no, hay que aprovechar el viaje para descubrir algún nuevo lugar por el que pasar una mañana agradable corriendo y disfrutando de la naturaleza gallega. En esta ocasión una zona muy cercana a Ferrol pero muy poco conocida, aunque impresionante por su belleza natural.
La ruta:
Salimos del “Lugar del Rojal” ( O Roxal) en dirección al Monte Marraxón, subimos. Subida muy dura. Recorremos el monte hasta el punto más alto de toda la ría de Ferrol, Couto do Rei,. Bajamos hacia una zona de aldeas donde nos encontramos con el rio Belelle. Volvemos siguiendo el curso del rio y el canal que conduce agua hasta la central hidroeléctrica pasando por la cascada (Ferveza) de Belelle para llegar de nuevo al punto de partida.
La ruta es circular de unos 15 km. con una fuerte subida al principio. El terrero es camino complicado durante la ida, con alguna parte de asfalto. La vuelta sin embargo es camino con alfombra de hojas secas, pasando por alguna pasarela y escaleras (dificultosa para bicis).
La ruta y tracks para descargar de wikiloc -->
aqui
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| Mapa de la ruta |
La ida, Monte
Tras desayunar un café, nueces y autentica tarta de Santiago hecha por mi suegra, y digo autentica porque lo es, hecha únicamente con almendra molida y huevo, sin nada de harina. Salimos hacia O Roxal, a 10 km de Ferrol.
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| Desayuno energético con tarta de Santiago auténtica |
Dejamos el coche en la misma carretera principal. Justo en el cruce desde donde sale la carretera que indica “Ferveza do rio Belelle” (cascada del rio Belelle), pero no cogemos ese camino (por el que volveremos) sino el de su derecha que baja cruzando la aldea hasta el Ponte do Canido.
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| Plantación de grelos |
Primer encuentro con el río, ya no volveremos a verlo hasta el inicio del camino de vuelta. Cruzamos el puente y tomamos el camino de la izquierda, el que va remontando el río. Pero enseguida deja el río y se empieza a subir. El terreno no es bueno, sobre todo para las bicis, muy irregular, surcos, barro, la rueda resbala. Vemos a algún “bicicletero” que le cuesta avanzar hasta con el plato pequeño. Nosotros corriendo lentamente, pero sin pausa, les pasamos. Se sorprenden de que les adelante un tío corriendo y encima en “chanclas”.
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| ciclistas sufriendo |
Poco a poco vamos ganado altura. Las rampas siguen siendo fuertes, algunos tramos los hacemos andando. Subimos entre eucaliptos, aunque hay muchísimas hojas de roble por el suelo. Buena temperatura, no parece invierno, tampoco por el paisaje, más de otoño.
O Roxal va quedando abajo y la vista se va a ampliando. Sobre el kilómetro 2,5 cogemos por la izquierda un camino asfaltado que sube hasta el alto de Marraxón. La rampa se endurece si cabe.
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| De allí abajo venimos |
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| En la foto no se llega a apreciar lo impresionante de la rampa |
Desde el alto ya se alcanza a ver la entrada de la ría de Ferrol por encima del tupido matorral de toxo.
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| al fondo Ferrol |
Avanzamos por la cresta del monte, algún aldeano nos cruzamos en las labores del campo. Por esta zona más despoblada de árboles y más alta, el viento es fuerte y frio. Poco a poco las vistas sobre la ría van ampliándose hasta llegar en el kilómetro 5 a Couto do Rei, el punto más elevado de toda la ría de Ferrol, 355 m. sobre el nivel del mar.
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| Cuando viene de frente un tractor cargado, ¿Se le deja paso por la derecha o por la izquierda? |
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| Vista desde Coto do Rei, el punto más alto de la ría |
Por aquí dicen que hay mámoas (construcciones funerarias de hace más de 5.000 años), no las vimos, lo que sí encontramos es el mirador desde donde se contempla toda la ría, Ferrol, Fene, los astilleros, el puente As Pias, Mugardos, Monte Faro, Cabo Prioriño y el Atlántico.
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| Toda la ría de Ferrol a vista de pájaro |
No nos detenemos mucho, nos estamos quedando fríos. Según salimos, vemos que aparecen los de las bicis que dejamos atrás.
Bueno, lo duro de la ruta ya acabó. A partir de este punto ya no hay más subidas, todo lo contrario, bajadas más o menos fuertes.
Seguimos adelante. Por el kilómetro 6 pasamos por una explotación minera, no vemos nada salvo el cartel, pero en el mapa sí que se aprecia bien como la cantera va comiendo el monte.
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| La mina no se ve, pero se siente |
Sobre el kilómetro 7 dejamos atrás el monte y cogemos asfalto haciendo zigzag entre varias aldeas para desembocar sobre el kilómetro 8 en un cruce de carreteras donde nos reencontramos con el río Belelle
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| Por fin bajada |
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| Los eucaliptos los dobla el viento, a las vacas no |
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| Calabaza escaladora trepando por el seto |
La vuelta, valle
Estamos en Ponte da Ribeira. En este lugar, además del puente que cruza el río hay un gran merendero en la ribera del río. Me lo imagino en temporada veraniega con el bullicio de la gente que venga a pasar el día y el griterío de los niños jugando, pero hoy no. El único sonido que llega es el rumor del agua, el susurro del viento que mueve las hojas de los árboles y la voz del silencio.
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| Calma |
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| acebo de navidad |
Volvemos atrás unos metros para coger el inicio de la senda que ya no dejaremos hasta llegar a la cascada. Pasamos de las vistas abiertas hasta el horizonte para entrar en un recorrido engullido por el bosque. Cambiamos el verde del monte, el azul del mar, del cielo, por los ocres y naranjas de las hojas secas, los grises de los enormes troncos, el verde y blanco del rio.
El camino es un remanso de paz, no se oye un alma salvo, a nuestro paso, el crujir de las hojas secas que alfombran el camino.
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| alfombra de hojas, sobre todo roble |
Cuando subíamos el monte no podíamos correr por la pendiente que nos íbamos encontrando. Ahora que podemos correr, no apetece, mejor ir lento, saborear el camino entre robles, castaños, abedules, laureles, acebos, troncos cubiertos de líquenes, musgo, hiedra,..
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| Naturaleza |
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| Corriendo entre la naturaleza |
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| restos de un molino |
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| Paz |
Sobre el kilómetro 9 nos desviamos del camino (toda esta segunda parte el camino está marcado con dos líneas: blanca y azul) para continuar paralelos al rio unos 200 m. hasta una pequeña presa desde donde empieza la canalización del agua que va hasta la central hidroeléctrica. Merece la pena ir y volver, aunque tiene pinta que otros años más lluviosos (este está siendo muy seco) hay partes que deben estar inundadas.
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| mucha paz |
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| y setas |
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| saltito de agua |
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| Tiene pinta de ser terreno inundable |
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| la presa de carga de agua del canal |
Volvemos sobre nuestros pasos para retomar la senda marcada y llegar de nuevo a la pequeña presa donde empieza el canal de agua que seguiremos a partir de ahora, más alta que el curso natural del río.
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| comenzamos a seguir el canal |
El motivo de la construcción de este canal lo explicaré cuando lleguemos a su fin. De momento sí diré que el camino es bucólico, un poema en sí, los ocres de las hojas secas mezclados con el musgo que tapiza la piedra del canal.
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| canal |
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| y rio |
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| canal + |
El camino no deja el canal, a veces sobre la piedra, en ocasiones por una senda paralela, de vez en cuando sorteando desniveles, con puentecillos, con escaleras.
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| puente sobre el canal o lo que sea |
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| escalinata |
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| chanclero |
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| pedazo ejemplar |
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| túneles |
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| tronco con jersey |
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| puente, túnel y escaleras |
Seguimos el camino del agua, entre naturaleza, hasta poco antes del kilómetro 12 donde el canal acaba y el agua encuentra un salto al vacío.
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| ya vemos bosque |
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| más naturaleza |
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| más canal |
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| y más correr por el canal |
Esta canalización de agua fue construida a principios del siglo pasado (XX) para crear un salto de agua con la altura mínima suficiente (125 m.) para mover la turbina de la central hidroeléctrica que abastecía de energía (aún sigue activa) la ciudad de Ferrol.
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| final del canal, hasta aquí hemos llegado, dijo el agua |
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| y se tiró |
Poco a poco, los árboles ya nos van permitiendo ver el bosque, empezamos a bajar hasta la central hidroeléctrica.
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| estamos a 125 m., ahora toca bajar |
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| bajar |
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| bajar y bajar |
En poco más de 800 metros descenderemos los 125 metros de desnivel. La senda se revuelve sobre sí misma una y otra vez en un zigzagueo constante, con una parada en mitad de camino donde hay un mirador sobre la cascada del rio (no la canalizada, la natural).
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| alto en la bajada, mirador de la cascada |
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| más zoom |
Tras la parada en el mirador seguimos descendiendo. Poco antes de llegar a la central sale una senda por la derecha que nos lleva a los pies de la cascada, la Fervenza do Belelle. Tiene unos 45 metros de caída y abajo hay varias pozas naturales. Este año se nota la sequía, no parece que caiga ni la mitad de agua de la que aparece en algunas fotos que he visto en internet.
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| a los pies de la cascada, 45 metros de caida |
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| más zoom |
Desde allí deshacemos lo andado y vamos hasta la central hidroeléctrica para coger el camino asfaltado (ya más transitado) que nos llevará hasta el punto de origen en O Roxal. Por este camino vemos alguna edificación interesante, como un molino reconstruido o el Pazo de Isabel II que fue una antigua fábrica textil donde, aprovechando el agua del río para mover sus engranajes hidráulicos, tejían velas para barcos.
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| el río después de la cascada |
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| la central hidroeléctrica |
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| molino restaurado |
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| no se cuantas especies distintas de árboles se pueden encontrar: Laurel |
Llegamos al punto de salida. Han sido 15 km. que se han hecho cortos (menos la subidas iniciales, esas se nos hicieron largas). Disfrutando de esta escapada de la ciudad para correr entre la naturaleza y cargar los pulmones de aire puro, que de cargar el estómago ya se encarga mi suegra.
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| ruta circular, empezamos con los grelos y terminamos con el caldo gallego... |
Ay señor, jubílame pronto!!
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Ferrolanos:
No ferrolanas:
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