21/05/2015
Hace 1 año ya que
me fabriqué mis primeras sandalias y me eché a la calle a correr con ellas, con…
iba a decir “más miedo que vergüenza” pero no fue así, tenía tanto miedo como vergüenza…
desde entonces muchos kilómetros han pasado corriendo de esta guisa.
Pues sí, fue en
mayo del año pasado, tras un año corriendo con zapatillas de
transición/minimalistas y después de acabar el maratón de Madrid cuando decidí
que tenía que dar un paso más en esta evolución “runnera” y experimentar en mis
propios pies que era eso de correr como un “Tarahumara”, en sandalias, o como
dicen ellos, con huaraches.
Esta etapa de
“chanclero” ha pasado por diferentes fases. Más o menos he ido dando cuenta de
ello en la sección de este blog “sobre minimalismo”, pero hoy voy a
hacer recapitulación:
1ª fase: “Negación”, … por probar, pero me da que no
Cuando decidí que
quería probar esto de correr con sandalias tenía muchas dudas de que fuera ser
capaz. Sabía que otros lo estaban haciendo, pero yo, con la autoconfianza que
me caracteriza, pensaba que no iba a poder con una suela tan fina, con el
cordón rozando entre los dedos, uf! Aun así quería probar. Así que como ni la
autoconfianza ni el derroche son mis principales virtudes, tampoco me apetecía
gastarme 80 ó 90 Euros en unas sandalias
para probar y que luego no me adaptara.
Pensé, mejor me compro una plancha Vibram
y me las hago yo mismo con mis propias manos (que no seré tarahumara pero mi
abuelo era del Valle del Pas) y si no me van, pierdo sólo 17 euros.
Así hice, me
compre la plancha, la corté, puse los cordones según explicaban en un video de youtube
y salí a probar.
Las sensaciones
fueron muy buenas, prometedoras, no es que corriera mucho (como debe ser, hay
que ir poco a poco) pero vi que era posible. Yes, I can!.
2ª fase: “Transición”, joer, pues no era esto tan bueno…
Esta segunda fase
es la más dura. Te das cuenta que correr con sandalias ¡Mola! Y aunque te han
dicho por pasiva y activa que hay que ir muy poco a poco, el ansia viva no te
deja. Intentas ir despacio pero el cuerpo te pide más, pero claro, los músculos
y articulaciones que no “usas” corriendo con zapatillas no están a la altura
del resto y hay que darles su tiempo para que vayan cogiendo tono.
Aunque lo sabes,
y vas más despacio de lo que irías con zapatillas… no, no es suficiente y te
pasas… y empiezas a tener tensión en músculos que hasta ahora no sabías que existian:
metatarsos, soleos, tibial posterior, … Es una sensación agridulce, ves que
disfrutas mucho corriendo con los pies libres de zapatillas y sabes que ya no
lo vas a dejar, pero sin embargo, por las prisas, no acabas de terminar con las
molestias.
3ª fase: “Evolución”, ¡quiero más!
Pero llega un
momento en que la cosa cambia, si al principio no me atrevía a gastarme mucho
dinero en unas sandalias por qué no confiaba en mi futuro con ellas, según vas
evolucionando ves que necesitas algo más "profesional". Si antes me gastaba más de 100 Euros en
zapatillas hechas en explotaciones de niños en el tercer muncho que
“teóricamente” duran 700 km. cómo no me voy a gasta ahora 30 € en unas
sandalias bien hechas a mano por un artesano al que puedes llamar por teléfono
si tienes un problema… y cayeron las primeras Enix, las 050.
Cómo algo que
“casi” es lo mismo puede ser tan diferente.
La suela de las
Enix 050 efectivamente es la misma plancha de Vibram que las que yo me había
hecho, pero te las pones en los pies y no tienen nada que ver. Con qué
facilidad se cierran la correas con el velcro, como se adapta la suela a la
forma del pie, que suavidad y agarre la capa de cuero donde apoyas el pie encima
de la suela, ni las notas al correr. Supongo que otras marcas son igual de buenas,
pero no puedo hablar de ellas, sólo he probado esta.
A veces leo en
los foros corredores que piden información sobre dónde comprar planchas para
hacerse sus primeras huaraches o consejos sobre como hacerlas y pienso “¡Qué no
te merece la pena!” pero no digo nada porque yo también pasé por ahí, es una
etapa más que es bonito experimentar.
4ª Fase:
“Competición” presentación en sociedad
Pues habrá que
apuntarse a alguna carrera a ver cómo van…
Haber, voy a
cumplir 50 años y empecé a correr con 40, peso 85 kg., soy corredor
prácticamente de fin de semana, entre semana poco o nada… a mucho no puede uno
aspirar. Aun así, mantengo la ilusión de mejorar marcas…
Esto es como
empezar de cero otra vez. La primera carrera con sandalias, de nuevo el objetivo
de “terminar”. Fue estando de vacaciones, una popular de 7 km., y terminé, muy
contento además.
La segunda ya en
septiembre, de 10 km., con los kilos del verano y mejoré la marca que tenía en
esa misma carrera años anteriores.
Luego hice una de
25 km. si hubiera sido una media maratón hubiera terminado con buena marca,
pero los 4 km. restantes se me hicieron muy largos, aunque esto no era por
culpa de las sandalias sino falta de preparación.
Después me apunte
a otra de 10 km. la carrera de las empresas, en Diciembre, no es una carrera
que me guste mucho (Paseo de la Castellana arriba y abajo) además lloviendo,
tampoco es que fuera con intención de hacer marca, pero siempre que va uno a
una carrera… ¡se entrega! Y sin esperarlo mejore mi mejor marca en 10 km.
haciendo un 46:18 y eso que con el agua se me escurrían los pies en la sandalia
(lección aprendida, no llevaba buena postura e inclinación por eso se me
escurría el pie hacia delante en vez de empujar hacia atrás).
5ª Fase: “Expansión”, la cabra tira al monte
El asfalto está
bien. Las carreras me sirven para esforzarme y te obligan a entrenar para mejorar,
pero a mí lo que de verdad me apetece es correr por el campo. Coger un camino y
hacer kilómetros a ritmo cansino. 15, 20, 25 los que se tercien según el día,
las ganas, las prisas, el paisaje y los pensamientos que tenga uno que remover
en la cabeza.
Con las Enix 050
y sus 5 mm de suela, alguna ruta he hecho, pero será que todavía no tengo los
pies suficientemente duros, las piedras del suelo duelen, así que le pedí a
Papa Noel las Enix 100, y ¡me las trajo!.
Con 10 mm de
suela es otra cosa, las sensaciones “buenas” siguen siendo las mismas, las
“malas” desaparecen. Si bien es cierto que por asfalto la ligereza de las 050
no tiene parangón, por tierra me quedo con la protección de las 100.
Y así empecé a
salir al campo, tanto por los caminos cercanos de Rivas como por otros caminos
que he tenido la oportunidad de conocer en otras latitudes (Parque Natural Fraguas do Eume, Barrancos de Gran Canaria,…) la mayoría recogidos en este
blog.
El desfrute y las
buenas sensaciones iban en aumento, subir y bajar caminos, senderos integrado
en la naturaleza, en silencio, me encanta.
6ª Fase: “Invernal”, ¿Y ahora qué?
Llegó el crudo
invierno castellano. Temperaturas por debajo de cero grados. Cuando ves por la
ventana la que está cayendo, lo de salir con los dedillos de los pies al aire,
como que no apetece, pero te pones las zapatilla y dices no, yo ya no me veo
aquí dentro.
Lo primero era
saber dónde estaba el límite del frio. Según se iba encrudeciendo el invierno
iba comprobando si correr en sandalias con los pies desnudos era tolerable o
no. Para mi sorpresa, según iba bajando la temperatura iba comprobando que no
sentía frio en los pies corriendo. 10, 8, 5, 3 grados corría y no sentía frio en
los pies, sin embargo sí lo sentía en las manos. Dicen que es porque los pies
tienen muchas terminaciones de vasos sanguíneos y por eso se calientan, de
hecho, cuando corría con zapatillas recuerdo llegar con los calcetines mojados
en pleno invierno.
Pero sí, da grima
ir descalzo en invierno y, acercándose a los cero grados, ya empieza a hacer
frio, sobre todo antes y después de correr o cuando paras. Solución, algo a lo
que era bastante reticente, usar sandalias con calcetines (como los alemanes de
Mallorca).
La verdad es que
es una buena combinación, sandalias y calcetines de dedos. Comodidad y ni gota
de frio, me sorprendió. El único “pero” es que a veces se me bajaban las cintas
del tobillo, tema que se soluciona añadiendo las cintas tobilleras.
Otra cosa
diferente es el barro… de eso mejor no hablamos.
7ª Fase: “Futurible”, próximos retos
Bueno, pues
después de un año corriendo como un “simple”, sin necesidad de amortiguación,
controles de estabilidad, ni ninguna de esas modernidades que me habían hecho
creer que necesitaba para poder correr a mi manera, o sea, mal. Un año reaprendiendo
a correr para que toda esa artificialidad no sea necesaria y disfrutando de
ello, vienen los siguientes retos:
Es un reto
solidario con el objetivo de recaudar fondos para proyectos de Oxfam. La
carrera es por el Valle del Lozoya, por equipos (4 marchadores y 2 asistentes). La idea es correr una
pequeña parte (20-30 km.) y andar el resto. El año pasado ya la hice con
zapatillas y terminé con los pies llenos de ampollas y rozaduras. Este año el
objetivo es terminarla con sandalias, a ver qué tal acaban los pies después de
tantísimas horas…. Espero que mejor que el año pasado, con menos rozaduras,
veremos…
2º Para finales
de año, la maratón, seguramente el de Castellón.
Este maratón será
mi tercero y el primero con sandalias. El objetivo será bajar de las 4 horas, a
ver si a la tercera (y con sandalias) va la vencida.
Corolario:
Un año ya, ¡¡Esto no tiene
vuelta atrás!!
Cuando les cojes el trankillo no hay nada mejor, solo que a mi una inoportuna lesión degenerativa me ha cortado el rollo. Un saludico y a por esos retos.
ResponderEliminarFermin, esto es como yo digo, EL LADO OSCURO, todo aquel que lo traspasa.... NO VUELVE.
ResponderEliminarSuerte en tus nuevos retos.